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Editorial: Educación para el desarrollo
Cinde clama por una transformación educativa orientada a desarrollar las habilidades requeridas por el desarrollo, particularmente en matemáticas, ciencias, tecnología e idiomas. Sin el replanteamiento educativo no tendremos acceso al tipo de desarrollo deseado.
La Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) presentó su informe de labores del 2018, un año sin duda difícil. Pese a las dificultades, la entidad promotora dio cuenta de la creación de 12.961 empleos, apenas por debajo de los 13.754 creados el año anterior por inversiones donde Cinde tuvo participación. El resultado también supera los del 2015 y el 2016.
Los nuevos proyectos empresariales tienen implicaciones alentadoras por su origen (siete de ellos, un 35 %, vienen de mercados no tradicionales, como Dinamarca y Luxemburgo) y tres decidieron instalarse fuera del área metropolitana (dos en el Caribe y uno en el Pacífico). Las buenas noticias se extienden al empleo femenino, el acelerado crecimiento de algunos sectores, como ciencias de la vida y otros avances.
Cinde clama por una transformación educativa orientada a desarrollar las habilidades requeridas, particularmente en las áreas de matemáticas, ciencias, tecnología e idiomas
Al cierre del informe, Cinde hace una lista de cinco elementos indispensables para mantener la competitividad frente a países muy vigorosos en materia de atracción de inversiones. Todos están al alcance de la sociedad costarricense y en algunos podemos proclamar un éxito parcial, a cuya merced logramos los resultados del difícil 2018 y los de años anteriores.
La lista de Cinde comienza por la educación, suficiente para atraer los proyectos instalados hasta ahora, pero no para dar rienda suelta a las ambiciones de desarrollo. Empresas como Intel han reconocido el alto nivel del recurso humano disponible para sus actividades, al punto de mantener destacadas operaciones de investigación y desarrollo en el país luego de trasladar la parte industrial, pero no hay suficientes técnicos y profesionales para aprovechar el potencial a plenitud.
Cinde clama por una transformación educativa orientada a desarrollar las habilidades requeridas, particularmente en las áreas de matemáticas, ciencias, tecnología e idiomas. La falta de vinculación entre el sistema educativo y el mercado laboral es discutido desde hace décadas. Cinde plantea un énfasis distinto: transformar la educación para satisfacer las necesidades del desarrollo económico.
El país se ha propuesto lograrlo con instituciones de educación superior, entre las cuales el Instituto Tecnológico de Costa Rica es el principal ejemplo de éxito, y otras de educación técnica, como los colegios del ramo y el Instituto Nacional de Aprendizaje, cuya deuda con sus objetivos es grande. En ambos niveles de la educación científica, tecnológica y técnica es indispensable renovar esfuerzos: en el caso de la formación universitaria, para ampliar la oferta, y en el de la educación técnica, para mejorarla.
Por ello la urgencia de programas como la educación dual, apenas ensayada en el país por falta de un marco legal adecuado. La Comisión de Ciencia, Tecnología y Educación del Congreso dictaminó el proyecto en noviembre, transcurridos más de tres años desde su inserción en el debate nacional. El sistema brinda la oportunidad de combinar el estudio con la práctica en empresas del ramo correspondiente.
El aprendizaje de idiomas también es una tarea por completar. Costa Rica ofrece un número limitado de personas con esas habilidades, pero la principal fuente de educación en la materia son las escuelas y los colegios públicos donde la calidad de los maestros deja mucho que desear si la juzgamos por los resultados de las pruebas internacionales TOEIC, utilizadas para medir el dominio del inglés. Al Ministerio de Educación también le corresponde fortalecer la enseñanza básica de las ciencias y la matemática, dos áreas donde los exámenes de bachillerato y las mediciones internacionales disparan alarmas.
Las demás peticiones de Cinde se relacionan con la conectividad, especialmente fuera del área metropolitana, infraestructura vial y aeroportuaria, simplificación y digitalización de trámites y reducción de costos de servicios para la producción, particularmente la electricidad, pero sin el replanteamiento educativo no tendremos acceso al tipo de desarrollo deseado.